viernes, 10 de junio de 2011

Capitulo 5

Cuando eran las 18:30 salieron de la casas de David y fueron al parque.
Al llegar todos les esperaban.
-¡Amy!-gritó Laura
-Dime.
-¡Ven!
-¿A dónde?
-Aquí
-¿Para?
-Hablar.
-¿De que?
-Pues de que te veo más feliz de lo normal. Que por primera en vez en mucho tiempo te veo sonreír naturalmente, con una sonrisa que nunca te había visto. ¡Quiero que me lo cuentes todo! ¿has oído? ¡Todo!
Amy se empieza a reír. Laura lleva mucha razón, ella no era realmente feliz, tenía que aguantar los comentarios de muchas personas y la presión podía con ella, pero en el momento que se encontraba ahora estaba llena de felicidad. Nada ni nadie podía borrarle la sonrisa o eso parecía. Cuando dejo de reírse Amy le contó como llevaba su relación con David y todo lo que habían hecho ese día.
-¡Es genial!-dice Laura contenta por la felicidad de su amiga.
Amy sonríe y mira a David que está divirtiéndose con Toni y Aarón.
-Amy, me alegro mucho. Por fin todo te sale bien, pero ¡yo quiero un David!
-Vale, otro porque ese de allí es mío.
-Jo-Amy se ríe y las dos vuelven a donde estaban los otros chicos.


Estuvieron en el parque hasta las once de la noche.
La noche era preciosa, perfecta para escaparse a la playa. Para estar a comienzos de Marzo, esa noche era una noche en la que hacía frío, no corría la brisa, podías pasear tranquilamente, tumbarte, observar la luna llena, nueva, menguante, creciente.. La noche perfecta para estar con la persona a la que quieres con todas tus fuerzas.
Amy no quería ir de regreso a su casa. Quería estar con él y con nadie más.
Un poco más tarde Amy fue a casa de Laura. Sus padres estaban ya dormidos, 01:02 de un domingo que para Amy empezaba con fuerzas. Llamó a su madre y le dijo que dormiría en casa de Laura y que regresaría mañana por la mañana temprano. 
-¡Te llevaré el desayuno!-dijo Amy para despedirse de su madre. Después salió de la casa de su amiga y volvió con David que le esperaba al otro lado de la calle con esa sonrisa que tanto le gustaba a ella.
-Quiero pasarme toda la noche contigo-dijo Amy
-¿Y no dormimos?
-¡No!
-Pues tengo sueño.
-No te voy a dejar dormir.
-Pues no dormiré.
-Vamos a la playa.
-¿Cómo?
-En tu moto
-¿Ahora?
-Sí, ahora, quiero estar contigo tumbada en la arena. Allí hay una casa abandonada que está abierta, podemos entrar y pasar a allí la noche si en la playa hace frío.
-¿Y si te pillan tus..?-a David no le dio tiempo de terminar la frase cuando Amy le interrumpió.
-¡Vámonos!
-Vale.
Cuando eran las 02:00 aproximadamente Amy y David ya estaban en la playa dando un pequeño paseo hasta la casa abandonada de allí cerca.
Amy estaba tan feliz que se olvidó de todo, de sus padres, de sus responsabilidades, tan solo le importaba ella, su felicidad y por su puesto David.
Cuando entraron en la casa se tumbaron en el suelo.
-¿Qué quieres que te compre para tu cumpleaños?
-Ya hemos tenido esta conversación, creo.
-Sí, pero no obtuve información de ella.
-¿Y crees que porque sea de noche, estemos los dos solos en una casa abandonada, lejos de la ciudad la vas a obtener?
-Puede.
-No-Amy se ríe.
-¡Venga! Dime algo que quieras.
-Un futuro contigo.
-Eso no lo puedo comprar.
-Prométemelo.
-Te lo prometo.
-Mírame a los ojos.
-¿Así?
-Sí, ahora prométemelo.
-Te prometo un futuro juntos.
-¿Cumplirás tu promesa?
-Prométemelo tu también.
-Te prometo un futuro conmigo.
-La cumpliré-David besó a Amy. Amy le abrazó.
-La noche es perfecta, estoy contigo, en la playa, en la casa donde cuando era pequeña me colaba para jugar con mis juguetes, con tus besos, tus abrazos.
-Nada lo va a cambiar.


Cuando observaron por la ventana que estaba amaneciendo los dos salieron corriendo a la playa.


-¡Una carrera hasta la moto!-gritó Amy y salió a correr.
-¡No vale, has hecho trampa, has salido antes!-David salió corriendo y cuando alcanzó a Amy la cogió y los dos cayeron al suelo.
-¿No te encantaría tener una playa para nosotros solos?
-Claro que si, pero es tan imposible como…
-¿Cómo?
-No se-susurró Amy
-¿Como que esto se acabe?
-Te quiero.
-Yo mucho más princesa.


Se levantaron y se montaron en la moto. Fueron a comprar unos dulces para la madre de Amy y más tarde regresaron a casa.
Cuando Amy llegó dejó los pasteles encima de la mesa de la cocina con una nota.


“Mamá, me he pasado toda la noche hablando con Laura, por lo tanto no he dormido. Me voy a la cama. Te dejó unos pasteles para el desayuno tal y como te dije.”


Bárbara llegó a la cocina acompañada por su marido, Álvaro, y leyeron la nota.


-Nuestra hija no a estado con Laura-dijo Bárbara.
-¿Entonces con quién estuvo?
-Con su novio, es un chico nuevo que llegó hace unos días, al parecer conectaron bastante bien desde el primer día.
-Entonces esta noche estuvo con él.
-Cuando se levante castígala Álvaro.
-No. ¿Por qué? 
-Por mentirme.
-¿Tu y yo no mentimos a nuestros padres?
-Era diferente.
-No cariño, era igual-Álvaro abraza a su mujer y se ponen a desayunar.


Amy se despertó a la hora de comer. Comió y se puso a estudiar para los exámenes finales.
Por la tarde estuvo con Laura, se estaba enamorando.
A Amy le costó adivinarlo, pero al final lo averiguó.
Era Toni.
-¡Toni!-dijo Amy asombrada.
-Sí Toni, tu sabes que desde que éramos pequeños nos conocemos y bueno pues es mucho tiempo juntos, y puede que me haya dado cuenta de que le quiero como algo más que un amigo. Anoche cuando todos os fuisteis él me mando un sms para quedar un rato y yo acepte claro-Laura suelta una carcajada-estuvimos hablando de todo en general, de tu relación con David, de la madurez, y bueno, me dijo que el quería encontrar a alguien que le hiciera feliz. Le pregunté quién la gustaba y me dijo que era alguien a quien yo conocía muy bien, al principio se me vino a la cabeza tu nombre, se lo pregunté y se rió, después pensé en mi misma y tuve la sensación de que se me activo algo en mi cuerpo, en mi metabolismo. Creo que me di cuenta de todo un poco. 
-Tenéis un cierto tonteo desde verano, y yo te lo he dicho muchas veces, que al final acabas pillándote por Toni y tú que no.
-Lo sé, pero es que no se. Quiero hablar con él, pero no se como.
-Te lo dije.
-Odio que me digas eso siempre que acabas llevando la razón.
-Lo siento, pero es que te lo dije.
-Hazme un favor.
-Dime.
-Habla con Toni por mí, pregúntale que siente por mí y si no soy yo esa chica pues intenta que te lo diga.
-No, no, no, no, no y no.
-Por favor, por favor, por favor.
-Bueno, no se, ya veremos.
-Vale luego  le mandas un mensaje y quedáis por ahí en un parque o algo.
-¡Laura no te vayas, que he dicho que no sé!
-¡Gracias! Hasta luego.
-De nada-dijo Amy susurrando.


Cuando Laura se fue, Amy quedó un poco confusa. Llamó a Toni y quedaron en media hora en el parque.


-¡Hola! ¿Qué querías?-dijo Toni
-Hablar contigo, siéntate.
-Dime.
-¿Te gusta Laura?
-Pues no se.
-Si o no.
-Si, pero solo somos amigos ella no quiere nada conmigo así que yo me mantengo al margen.
-¿Tu crees?
-Si, el otro día hable con ella y bueno no se, creo que le di entender que me gustabas tu pero no se si luego se dio cuenta. En fin.
-Vale, pues habla con ella porque ella dice que se está enamorando de ti.
Cuando Amy soltó por su boca estas palabras Toni se quedó atónito, impresionado, todo eso le parecía raro, increíblemente increíble.
-No me lo creo.
-Créetelo.
-Voy a buscarla-Toni salió corriendo en la dirección de la casa de Laura. Amy se quedó sentada en un banco durante unos minutos pensativa.


Llegó el 12 de marzo, era el cumpleaños de Amy.
Por la mañana se levantó y al bajar su madre le tenía preparado su desayuno preferido.
Después de desayunar Bárbara y Eva le dieron el regalo que le habían comprado de parte de ellas y de Álvaro que ya se había marchado a trabajar. Parecía bastante grande y era blandito.
Lo abrió. Era un enorme peluche que Amy le estaba pidiendo a su madre desde hace mucho tiempo.
-Pensé que te gustaría.
-¡Muchísimas gracias! ¡Me encanta!
Amy abrazó a su madre y a su hermana.
Cogió sus cosas y las tres se fueron hacia al colegio. Ya habían acabado los exámenes el viernes entregarían los boletines de notas y por fin David y Amy serían libres y pasarían todas las vacaciones juntos.
Cuando Amy se bajó del coche de su madre vio de lejos a sus amigos riéndose. David se dio cuenta de que venía y sonrió.
Al llegar sus amigos comenzaron a cantarle el famoso “Cumpleaños feliz” Amy odiaba que lo hicieran, le daba mucho corte que todo el mundo la mirara y después cuando iba por el pasillo se acercaran y le dijeran: He oído a tus amigos esta mañana. ¿Es tu cumpleaños verdad? ¡Felicidades! Y después le daban dos besos. Le felicitaba gente que durante los años anteriores pasaban de ella, la gente que siempre le había fallado se acercaba para felicitarla y a ella eso no le hacía mucha gracia ya que durante el resto del año, los mismos que la felicitaban se pasaban las horas criticando sus gustos, sus aficiones, sus amigos, su forma de vestir. Amy pensaba que todos ellos eran unos falsos. No les guardaba rencor, pero le molestaba ese gesto hacía ella aunque la gente quisiera ser amable podía haberlo sido cuando Amy lo necesitaba de verdad.

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